VENEZUELA

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En Defensa de la Revolución Bolivariana

Por Arnold August, 19 abril 2017

Venezuela tiene 207 años de victoria contra los poderes imperiales,
asevera Delcy Rodríguez la canciller venezolana
Publicado 19 abril 2017 en teleSUR

De acuerdo con la ministra venezolana, este miércoles [19 de abril] el pueblo revolucionario volverá a demostrar su convicción independentista y soberana.

La ministra de Relaciones Exteriores de Venezuela, Delcy Rodríguez, aseveró este miércoles que Venezuela tiene más de 200 años de victoria frente a las fuerzas imperialistas y que el pueblo de esta nación no se doblegará ante las amenazas extranjeras.

"Nuestro Ejército jamás se doblegará y cuando digo Ejército digo pueblo de Venezuela", enfatizó la canciller en una rueda de prensa desde Caracas, donde el pueblo revolucionario se concentra para conmemorar el 19 de abril 1810, fecha en la se dio "el primer paso victorioso para el nacimiento de la nación soberana e independiente".

Asimismo, apuntó que hoy se enfrentan los poderes coloniales al pueblo independentista. "En una jornada histórica el pueblo no se rendirá y vamos a propinar una derrotar a las fuerzas fascistas y de la oscuridad que quieren dominar a Venezuela".

Rodríguez, aseguró que desde la burguesía nacional se pretende borrar el papel militar en la rebelión anticolonialista e independentista del país. Añadió que la "milicia y el Ejército existen desde que existe la patria" y destacó que en la actualidad, 207 años después de esa fecha histórica, "estamos en perfecta unión cívico militar" para continuar la gesta que aún continúa.

La canciller además dijo al presidente colombiano Juan Manuel Santos que no debe preocuparse por el Ejército venezolana que es el mismo "que le dio libertad a Venezuela pero también a Colombia".

Este miércoles [19 abril] también marcha la oposición en el país, tras varias jornadas de movilizaciones que culminaron en hecho violentos promovidos por diputados de la derecha.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha denunciado el plan desestabilizador e intervencionista de Estados Unidos para derrocar a su Gobierno.

EN VENEZUELA, ¡NO PASARÁN!

Intelectuales de todo el mundo, patentizan su solidaridad con la Revolución Bolivariana y el pueblo revolucionario de Venezuela ante los actos de agresión e injerencia de que es objeto por parte del gobierno de Estados Unidos y su “ministerio de colonias”, la rancia y decadente OEA. Un clamor unánime se levanta desde el seno de lo mejor de los pueblos del mundo: ¡NO PASARÁN! Porque toda persona digna y sensible sabe que, si el fascismo triunfara en Venezuela, se repetiría la trágica historia de la República española, hace ya ochenta años, y su larga secuela de ignominia. A partir de hoy comenzamos a publicar los pronunciamientos enviados a la Oficina de la Red en Defensa de la Humanidad en Cuba. Son nuestra señal y compromiso con el destino de la patria de Chávez y Bolívar. La Habana, 10 de abril de 2017.


Frei Betto, intelectual brasileño: ES INACEPTABLE QUE LA OEA QUIERA DAR LECCIONES SOBRE DEMOCRACIA EN VENEZUELA

Fernando Buen Abad Domínguez, intelectual mexicano:
AL PUEBLO REVOLUCIONARIO DE VENEZUELA, A LA REVOLUCIÓN BONITA

Luis Hernández Navarro, intelectual mexicano:
POR BOCA DE ALMAGRO SE ESCUCHA, APENAS DISIMULADA, LA VOZ DEL VENTRÍLOCUO IMPERIAL

Osvaldo León, intelectual ecuatoriano:
NUESTRA AMÉRICA ES ZONA DE PAZ: EE.UU., SACA LAS MANOS DE VENEZUELA

Katu Arkonada, intelectual vasco:
UNA AGRESIÓN QUE NO ES CONTRA UN GOBIERNO, SINO CONTRA TODO UN PUEBLO

Aranxa Tirado, intelectual española:
UNA VEZ MÁS, Y YA SON DEMASIADAS, LA REVOLUCIÓNBOLIVARIANA PADECE LOS ATAQUES DE LA DERECHA INTERNACIONAL

De Hildebrando Pérez Grande, intelectual peruano:
¡NO HAY QUE CAER EN LAS TRAMPAS DE TRUMP!

Hernando Calvo Ospina, intelectual colombiano:
EL MAL EJEMPLO ES EL PROBLEMA

Hugo Moldiz, intelectual boliviano:
RESPALDO A VENEZUELA

Montserrat Ponsa, intelectual española:
MI SOLIDARIDAD CON LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA

Nayar López Castellanos, intelectual mexicano:
LARGA VIDA A LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA, AL LEGADO DE CHÁVEZ Y A LA IDEA DE UNA PATRIA GRANDE

Carlos Molina Velásquez, intelectual salvadoreño:
EXHORTO A LOS PUEBLOS DEL MUNDO A SUMARSE A LA LUCHA POR LA DEFENSA DE VENEZUELA

Roberto Fernández Retamar, intelectual cubano:
ESTAMOS EN EL DEBER MORAL DE APOYAR A LOS CONTINUADORES DE CHÁVEZ

Antonio Elías, intelectual uruguayo:
POR LA AUTODETERMINACIÓN DE LOS PUEBLOS Y CONTRA LA INTERVENCIÓN EXTRANJERA EN VENEZUELA

Irene León, intelectual ecuatoriana:
APELO A TODAS LAS FUERZAS DEMOCRÁTICAS A DEFENDER LA AUTODETERMINACIÓN CONQUISTADA POR LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA

Rafael Cancel Miranda, ex prisionero político puertorriqueño:
EN VENEZUELA ESTÁ EL BALANCE DEL FUTURO DE TODOS NOSOTROS

Ángel Guerra Cabrera, intelectual cubano:
EN DEFENSA DE VENEZUELA

Iroel Sánchez, intelectual cubano:
CON LA VENEZUELA BOLIVARIANA, CONTRA LA INTERVENCIÓN EXTRANJERA

Iñaki Gil de San Vicente, intelectual vasco:
EN VENEZUELA LUCHAMOS TODOS

Rosa Miriam Elizalde, intelectual cubana:
NO LE PERDONAN AL PUEBLO VENEZOLANO QUE LLEVE 18 AÑOS SUBLEVADO CONTRA LA INTROMISIÓN NORTEAMERICANA

Bill Fletcher Jr., intelectual norteamericano:
¡MANOS FUERA DE VENEZUELA!

Eva Golinger, intelectual norteamericana:
DECLARACIÓN EN SOLIDARIDAD CON VENEZUELA

Carlos Aznárez, intelectual argentino:
LA OEA Y ALMAGRO CON EL IMPERIO, LOS PUEBLOS CON LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA

Arnold August, intelectual canadiense:
CANADÁ, ESTADOS UNIDOS Y LA OEA CONTRA VENEZUELA: UNA ARBITRARIEDAD EXTREMA

Ilka Oliva Corado, intelectual guatemalteca:
VENEZUELA 2001-2017: VIOLENCIA QUE JUSTIFICA UN GOLPE

Jorge Veraza, intelectual mexicano:
ES EL TIEMPO DE LUCHAR POR LA SOBERANÍA DE NUESTROS PUEBLOS

Gayle McLaughlin, intelectual norteamericana:
LA DIGNIDAD DEL PUEBLO DE VENEZUELA Y LA SOBERANÍA DEL PAÍS DEBEN SER RESPETADAS

Trovadores latinoamericanos:
QUEDAN NUESTRAS CANCIONES Y GUITARRAS AL SERVICIO DE NUESTRA VENEZUELA BOLIVARIANA

Gerardo Hernández Nordelo, uno de los Cinco Héroes cubanos:
EL IMPERIO NO APRENDE

Fernando Rendón, intelectual colombiano:
LA DEMOCRACIA NORTEAMERICANA, QUE LOS VERSOS VISIONARIOS DE WHITMAN INTENTARAN VANAMENTE ANTICIPAR, SE HA CONVERTIDO EN UNA DICTADORA PARA EL MUNDO Y EN UNA AFRENTA PARA SU PUEBLO

Chiqui Vicioso, intelectual dominicana:
DE BOLÍVAR A ALMAGRO

Guillermo Castro H. intelectual panameño:
CON VENEZUELA, HACIA MAÑANA

Arleen Rodríguez Derivet, intelectual cubana:
SI YA TENEMOS CELAC, ¿PARA QUÉ SIRVE LA OEA?

Alex Anfruns, intelectual francés:
LA MEMORIA Y EL CORAZÓN DEL PUEBLOBOLIVARIANO

Antonio Guerrero, uno de los Cinco Héroes:
EL PUEBLO VENEZOLANO RESISTIRÁ Y VENCERÁ

Joao Pedro Stedile, luchador social brasileño:
EL PUEBLO VENEZOLANO ES EL PUEBLO LATINOAMERICANO

Manuel Santos, intelectual argentino:
ESTAMOS CON VENEZUELA

Federico García y Pilar Roca, intelectuales peruanos:
VENEZUELA: OJOS Y OÍDOS BIEN ABIERTOS

Reverendo Raúl Suárez:
ESTA INJERENCIA AGRESIVA ES LO DIAMETRALMENTE OPUESTO A LOS POSTULADOS DE NUESTRA FE CRISTIANA

Isabel Monal, intelectual cubana:
LEVANTARSE CON VENEZUELA PARA TODOS LOS TIEMPOS

Carlos Fernández Liria, intelectual español:
EL PUEBLO SIGUE TENIENDO LA PALABRA

Graciela Ramírez Cruz, luchadora social argentina:
HAY QUE SER SUMAMENTE CÍNICO PARA INTENTAR DAR LECCIONES DE DEMOCRACIA A VENEZUELA

Arnold August, intelectual canadiense:
(enlace)
CANADÁ, ESTADOS UNIDOS Y LA OEA CONTRA VENEZUELA: ¡UNA ARBITRARIEDAD EXTREMA!
En Documento Word:

Canadá, E.U. y la OEA contra Venezuela: ¡Una extrema arbitrariedad!
Por Arnold August, miembro de la Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad (Canadá)

Siguiendo el liderazgo de E.U. en la OEA, Canadá está manipulando arbitrariamente los conceptos de “democracia”, “derechos humanos” y “prisioneros políticos” buscando con ello el derrocamiento de la Revolución Bolivariana y del Presidente Nicolás Maduro, constitucionalmente elegido. El 3 marzo de 2017, Canadá, junto con Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Estados Unidos y Uruguay, adoptaron una declaración acerca de Venezuela. No obstante la votación de estos 14 Estados miembro, ésta no fue suficiente para hacer adoptar el voto entre los 35 miembros de la organización a favor de la resolución, con el fin de invocar la Carta Democrática Interamericana de la OEA como un pretexto para interferir en Venezuela.

Aun cuando la declaración no fue anunciada en el sitio web de la OEA, dado que no pudo ser considerada como un documento oficialmente aprobado, países patrocinadores como Estados Unidos y Canadá la publicaron en sus respectivos sitios web. De esta manera, permanece la plataforma política de estos 14 países y, de manera no oficial, la de la OEA misma, cuyo Secretario general, Luis Almagro, es un servil instrumento de Estados Unidos.

La declaración evoca “democracia”, “derechos humanos” y “prisioneros políticos”. Tomemos cada una de estos asuntos para ilustrar cómo son manejados arbitrariamente en la OEA.

Canadá ha sido miembro de la OEA desde 1990. Sin embargo, en Canadá tendríamos motivos para exigirle cuentas al gobierno canadiense en cuanto a que nunca ha convocado a una reunión especial de la OEA para examinar las violaciones de Estados Unidos a la democracia y a los principios electorales básicos. Para tomar tan sólo algunos ejemplos recientes, ¿no fue la victoria electoral de Bush en el año 2000 suficientemente dudosa para solicitar una investigación a la OEA? Más recientemente salió a la luz que la campaña de Obama y Clinton colaboró con el conglomerado mediático de CNN para derrotar a la campaña de Sanders. En las mismas elecciones de 2016 resultó claro para el mundo entero ver que los Colegios Electorales —como resultados directos de los acaudalados propietarios de esclavos que modelaron el proceso electoral para mantener a la mayoría privada de su derecho de sufragio — no son democráticos.

¿No serían estas flagrantes violaciones a la democracia suficientes para ser sometidas a consideración por parte de la OEA? Adicionalmente, Estados Unidos es el único país de occidente donde, aún después de haber pagado su condena, millones de infractores por delitos graves—según los estados, pierden su derecho a voto de por vida ya sea por razones legales o por el intimidante y embarazoso recurso para recuperar su derecho de sufragio. Los afrodescendientes constituyen un altamente desproporcionado porcentaje de las víctimas de estas violaciones del derecho a voto. Todo esto y más, pero ninguna intervención ante la OEA por parte del gobierno canadiense con relación a la democracia en Estados Unidos.

El récord de Ottawa en cuanto a cuestionar a Washington ante la OEA por violación de los derechos humanos es asimismo cobarde. A lo largo de la administración Obama, los afrodescendientes fueron abatidos a tiros en las calles por el estados racista, cual vestigio de la esclavitud. ¿No es este uno de los más atroces ejemplos de violación de los derechos humanos? Esto es tan sólo comparable al genocidio centenario de los pueblos indígenas, sucedido a inicios de los años 2016 y 1017, y ejemplificado en la lucha de la reserva Standing Rock. A pesar de ello, ni una queja por parte de Canadá ante la OEA, más aun cuando este país también ha ignorado el número récord de deportaciones de latinos por parte de la administración Obama, seguidas y en aumento por la Trump.

La inconsistente política canadiense con relación a los prisioneros políticos es tan cínica como su posición acerca de la democracia y los derechos humanos. La población penitenciaria per cápita de Estados Unidos es una de las más altas del mundo. Mientras que no todos los prisioneros son por supuesto prisioneros políticos, el sistema penitenciario es motivado políticamente. En este contexto, también hay cientos de prisioneros políticos tales como Leonard Peltier, un líder indígena condenado a 35 años y Mumia Abu Jama, un activista afrodescendiente encarcelado desde 1981. ¿Por qué Canadá no mira justo hacia el Sur de su frontera para cuestionar ante la OEA este tema de los prisioneros políticos en lugar de los supuestos prisioneros políticos en Venezuela?

La posición de Canadá ante la OEA representa un sumario de arbitrariedades. Si algún país en el mundo debería ser investigado ante la OEA, éste debería ser Estados Unidos y no Venezuela.

La posición de Canadá no tiene en cuenta el sentimiento anti imperialista manifestado por un importante segmento de la sociedad canadiense contra Estados Unidos. Canadienses de todas las condiciones sociales han demostrado y han hecho público en todo el país su apoyo a la Revolución Bolivariana, al legado de Hugo Chávez y en contra de la injerencia extranjera.

No obstante, la actitud servil del gobierno canadiense ante Estados Unidos pone de relieve el significado de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que incluye a 33 países soberanos del continente americano, con excepción de Estados Unidos y Canadá. El ulterior desarrollo de la CELAC es la única respuesta a la OEA, centrada en el pensamiento único estadounidense de los gobiernos de Estados Unidos y Canadá acerca de democracia, derechos humanos y prisioneros políticos.

Siguiendo el liderazgo de E.U. en la OEA, Canadá está manipulando arbitrariamente los conceptos de “democracia”, “derechos humanos” y “prisioneros políticos” buscando con ello el derrocamiento de la Revolución Bolivariana y del Presidente Nicolás Maduro, constitucionalmente elegido. El 3 marzo de 2017, Canadá, junto con Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Estados Unidos y Uruguay, adoptaron una declaración acerca de Venezuela. No obstante la votación de estos 14 Estados miembro, ésta no fue suficiente para hacer adoptar el voto entre los 35 miembros de la organización a favor de la resolución, con el fin de invocar la Carta Democrática Interamericana de la OEA como un pretexto para interferir en Venezuela.

Aun cuando la declaración no fue anunciada en el sitio web de la OEA, dado que no pudo ser considerada como un documento oficialmente aprobado, países patrocinadores como Estados Unidos y Canadá la publicaron en sus respectivos sitios web. De esta manera, permanece la plataforma política de estos 14 países y, de manera no oficial, la de la OEA misma, cuyo Secretario general, Luis Almagro, es un servil instrumento de Estados Unidos.

La declaración evoca “democracia”, “derechos humanos” y “prisioneros políticos”. Tomemos cada una de estos asuntos para ilustrar cómo son manejados arbitrariamente en la OEA.

Canadá ha sido miembro de la OEA desde 1990. Sin embargo, en Canadá tendríamos motivos para exigirle cuentas al gobierno canadiense en cuanto a que nunca ha convocado a una reunión especial de la OEA para examinar las violaciones de Estados Unidos a la democracia y a los principios electorales básicos. Para tomar tan sólo algunos ejemplos recientes, ¿no fue la victoria electoral de Bush en el año 2000 suficientemente dudosa para solicitar una investigación a la OEA? Más recientemente salió a la luz que la campaña de Obama y Clinton colaboró con el conglomerado mediático de CNN para derrotar a la campaña de Sanders. En las mismas elecciones de 2016 resultó claro para el mundo entero ver que los Colegios Electorales —como resultados directos de los acaudalados propietarios de esclavos que modelaron el proceso electoral para mantener a la mayoría privada de su derecho de sufragio — no son democráticos.

¿No serían estas flagrantes violaciones a la democracia suficientes para ser sometidas a consideración por parte de la OEA? Adicionalmente, Estados Unidos es el único país de occidente donde, aún después de haber pagado su condena, millones de infractores por delitos graves—según los estados, pierden su derecho a voto de por vida ya sea por razones legales o por el intimidante y embarazoso recurso para recuperar su derecho de sufragio. Los afrodescendientes constituyen un altamente desproporcionado porcentaje de las víctimas de estas violaciones del derecho a voto. Todo esto y más, pero ninguna intervención ante la OEA por parte del gobierno canadiense con relación a la democracia en Estados Unidos.

El récord de Ottawa en cuanto a cuestionar a Washington ante la OEA por violación de los derechos humanos es asimismo cobarde. A lo largo de la administración Obama, los afrodescendientes fueron abatidos a tiros en las calles por el estados racista, cual vestigio de la esclavitud. ¿No es este uno de los más atroces ejemplos de violación de los derechos humanos? Esto es tan sólo comparable al genocidio centenario de los pueblos indígenas, sucedido a inicios de los años 2016 y 1017, y ejemplificado en la lucha de la reserva Standing Rock. A pesar de ello, ni una queja por parte de Canadá ante la OEA, más aun cuando este país también ha ignorado el número récord de deportaciones de latinos por parte de la administración Obama, seguidas y en aumento por la Trump.

La inconsistente política canadiense con relación a los prisioneros políticos es tan cínica como su posición acerca de la democracia y los derechos humanos. La población penitenciaria per cápita de Estados Unidos es una de las más altas del mundo. Mientras que no todos los prisioneros son por supuesto prisioneros políticos, el sistema penitenciario es motivado políticamente. En este contexto, también hay cientos de prisioneros políticos tales como Leonard Peltier, un líder indígena condenado a 35 años y Mumia Abu Jama, un activista afrodescendiente encarcelado desde 1981. ¿Por qué Canadá no mira justo hacia el Sur de su frontera para cuestionar ante la OEA este tema de los prisioneros políticos en lugar de los supuestos prisioneros políticos en Venezuela?

La posición de Canadá ante la OEA representa un sumario de arbitrariedades. Si algún país en el mundo debería ser investigado ante la OEA, éste debería ser Estados Unidos y no Venezuela.

La posición de Canadá no tiene en cuenta el sentimiento anti imperialista manifestado por un importante segmento de la sociedad canadiense contra Estados Unidos. Canadienses de todas las condiciones sociales han demostrado y han hecho público en todo el país su apoyo a la Revolución Bolivariana, al legado de Hugo Chávez y en contra de la injerencia extranjera.

No obstante, la actitud servil del gobierno canadiense ante Estados Unidos pone de relieve el significado de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que incluye a 33 países soberanos del continente americano, con excepción de Estados Unidos y Canadá. El ulterior desarrollo de la CELAC es la única respuesta a la OEA, centrada en el pensamiento único estadounidense de los gobiernos de Estados Unidos y Canadá acerca de democracia, derechos humanos y prisioneros políticos.

Fuente: www.cubaendefensadelahumanidad.blogspot.ca

Mi último artículo escrito a mi regreso de Caracas en marzo, 2017.

La “Oposición” en Venezuela de la que nunca escuchamos hablar
Por Arnold August

A sus 35 años, alto y delgado, con su imponente estatura se pavonea sutilmente irradiando una confianza matizada con cierta humildad, que no sucumbe a su apuesta apariencia y carisma natural. Es el líder de un bloque de 55 diputados de la Asamblea Nacional venezolana. Dadas todas las apariencias, su personalidad y su importante posición deberían atraer a todos los medios corporativos estadounidenses sensacionalistas que escuchan atentamente cada palabra, ansiosos de captar imágenes de los diputados y sus seguidores para hacer de ello una “noticia”.

Sin embargo, para ellos y para Washington existe un problema. Héctor Rodríguez es el líder del bloque minoritario de 55 diputados chavistas (Bloque de la patria), como resultado de las elecciones legislativas del 5 diciembre de 2015, que llevaron al PSUV, Partido Socialista gobernante, a perder su mayoría en la Asamblea Nacional.

Rodríguez se opone a la mayoría de lo que ha llegado a ser la ‘Asamblea Nacional burguesa’, parafraseando las palabras de Nicolás Maduro en una conferencia en Caracas, dirigida a invitados nacionales e internacionales, el 7 marzo de 2017.

Según la composición del Congreso de Estados Unidos, la minoría, ya sea democrática o republicana, se opone a la mayoría. Sin embargo, esta “oposición” está siempre al interior del marco del statu quo capitalista, preservando así el Estado racista como vestigio de la esclavitud, negando el genocidio de los pueblos indígenas (aún vigente de diferentes maneras) y sacrificando a la clase trabajadora en el altar de la globalización capitalista, componente clave de la política exterior basada en la agresión imperialista y las guerras.

En los sistemas parlamentarios, como en Canadá o Gran Bretaña, el consenso del establecimiento agrega un vergonzoso sesgo británico al pasatiempo de la “oposición” que, de no ser tan trágica, sería una comedia. En estos países del Norte, la “oposición leal” (como se reconoce formalmente) puede sentirse libre para oponerse en la medida que sea leal a la Jefa de Estado que, en el caso de Canadá y Gran Bretaña, es la Reina de Inglaterra.

No obstante, la lealtad de Rodríguez está del lado de la Revolución Bolivariana y nada más. El pasado 6 marzo participó en Caracas en un encuentro más íntimo con delegados de la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en defensa de la Humanidad. Este encuentro tuvo lugar en un salón del edificio de Asuntos Exteriores. La reunión se desarrolló naturalmente hacia un intercambio entre los participantes y el diputado. Fue tan absorbente, que se dejó a un lado la banalidad de tomar notas para dar cuenta del irrefutable contenido o del estilo de la mejor tradición chavista exhibida por Rodríguez, demostrada progresivamente por el presidente Nicolás Maduro y otros líderes.

La discusión cubrió varios temas. Uno de ellos fue, por ejemplo, una explicación increíblemente lúcida acerca del punto de vista de la Revolución Bolivariana, de la cual hace parte el bloque de diputados, basada en palabras y acciones, en oposición al imperialismo y al capitalismo estadounidense. La revolución es flexible en cuanto a las tácticas, por ejemplo, para negociar con la mayoría de miembros de la Asamblea Nacional pro capitalista y pro Estados Unidos, con el fin de esforzarse para lograr una solución pacífica a la crisis. Pero, cuando se trata de los principios y los objetivos, no hay concesión posible.

No es de extrañarse que, quienes en el Norte confían en los medios corporativos, nunca escuchen hablar acerca de esta “oposición”, tal como la personifica Rodríguez. Esta censura tiene lugar a pesar de que los medios del establishment deben estar en serios aprietos, a la cacería de una nueva imagen que reemplace aquella de los políticos fosilizados e insípidos que en su mayoría constituyen la Asamblea Nacional. Washington y sus medios prefieren morir en el olvido político venezolano, aunque deberían prestar atención formal a la “oposición”, como lo hacen fielmente no solamente en otros países sino también, por supuesto, en el Congreso de Estados Unidos. Si alguna vez centraran su atención en la oposición de Venezuela frente a la mayoría de la Asamblea Nacional, sin duda alguna Rodríguez y otros diputados se robarían el ‘show’.

Otro rasgo distintivo de la oposición ejercida por la Revolución Bolivariana es que, su rechazo al statu quo se define más por lo que está a favor de que en contra. Los objetivos de la Revolución Bolivariana abarcan la igualdad social y económica, la vivienda, la alimentación, la salud, la educación, la cultura, los deportes y la democracia participativa y protagonista, esencia misma de todo lo bloqueado por el imperialismo y el statu quo neoliberal.

Aquellos de nosotros que alcanzamos consciencia política en los años 1960, nos sentíamos en casa a medida que el diputado se enfocaba en el imperialismo, los gringos y los yanquis, mientras planteaba con gran claridad lo que ya sabíamos. El conflicto no es con el pueblo de Estados Unidos, debidamente representados en aquellos días en Caracas, sino más bien con los círculos del poder de quienes, como decían Martí y Bolívar, cada uno a su manera, “parecen destinados por la providencia para plagar la América de miseria en nombre de la libertad” (Bolívar).

Por su parte, Estados Unidos está reduplicando su destino reprensible, en tanto que los pueblos del Sur luchan por librarse de las ataduras del poder militar y económico más impositivo y agresivo de la historia de la humanidad (o, seguramente, desde el fascismo de la Segunda Guerra Mundial), representados por Republicanos y Demócratas. Resultó esperanzador escuchar al Presidente Maduro aquella noche memorable en Caracas, diciendo la verdad: Venezuela no había sido tan atacada por ningún presidente estadounidense como lo fue durante los ocho años de Obama. Pensemos en ello detenidamente y veremos que es cierto.

En este contexto, la intransigente oposición bolivariana al imperialismo estadounidense no es un asunto de poca importancia. Actualmente, Venezuela ocupa el primer plano contra el imperialismo estadounidense, escribiendo así otro capítulo en la historia mundial contemporánea, como lo hicieran la Revolución Cubana y Fidel Castro para la salvaguardia de su soberanía, de la dignidad y del sistema social que eligieron.

Por su parte, Rodríguez guio la audiencia deliberada y cuidadosamente, mirándonos fijamente y repitiendo como si probara nuestra determinación, que mientras la batalla se encuentre aun principalmente en el ámbito de las ideas, de ser necesario –solo de ser necesario– Venezuela también combatiría militarmente. No hay duda que si es forzada a hacerlo, la Revolución Bolivariana resistirá también de esa manera. Es por ello que toda la humanidad debe estar hoy día, mucho más que nunca, al lado de Venezuela.

Durante el intercambio con Rodríguez se destacó su profunda convicción política, iluminada por su claridad teórica, expresada no solamente por medio de ideas y palabras. Cuando las ideas y las palabras se combinan con la acción, éstas se convierten en una fuerza material en la sociedad. La fuerza material significa que las ideas se hacen parte orgánica de la sociedad: las ideas en las mentes de los individuos como Rodríguez y otros líderes y activistas son socializadas a todos los niveles, avanzando así en un movimiento común de una gran diversidad. Sí, diversidad –pero siempre y sólo al interior de un amplio marco de un chavismo diverso.

Así, la minoría en la Asamblea Nacional –y quizás la minoría del 40 por ciento, o quizás la mitad de la población, dentro de las arenas movedizas de la sociedad venezolana– representa el futuro de Venezuela y de toda la región. Una fuerza material como la Revolución Bolivariana no puede ser sofocada. Puede sufrir adversidades, pero no puede ser eliminada.

No obstante, el chavismo no es un movimiento electoral sino una revolución en gestación y en constante redefinición, hasta el punto de organizar sin temor revoluciones al interior de la revolución, esforzándose por hacer esto conjuntamente con el pueblo a todos los niveles. Con este enfoque fresco, característico y único de la Revolución Bolivariana, la irresistible fuerza material del socialismo para reemplazar al capitalismo y a la dependencia extranjera, se enraíza y crece en la sociedad venezolana y en su escena política.

Fuente: Cuba en Defensa de la Humanidad

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